Capítulo 28.
Los días pasaban, ahora Jin ya no tenía un vientre no tan plano, fueron de visita con el médico y este les informó que todo parecía ir de maravilla con su embarazo.
Por su parte, Jimin, estando en terapia con el doctor Kim, aún hay mucho que superar, sin embargo, se ha esforzado. En ocasiones despierta y piensa que el regreso de Jaesung solamente fue un sueño cruel, pero al verlo ahí dormido o regalándole de su aroma todos sus miedos se disipan.
Algo que Jimin ha amado de todo este proceso, es que Jungkook ha sido una pieza importante para vencer sus temores. Como el de salir; al alfa fue junto al omega a un pequeño centro comercial, entre otras cosas simples para no abrumarlo. Jungkook llevaba en una mano a Jaesung y con la otra lo sostenía fuerte, Jimin pudo comprar cosas que siempre deseó para su cachorro, desde algo tan simple como la leche especial para su edad, así como unos zapatitos que pitaban al caminar.
Jimin se carcajeó cuando llegaron a casa y se los puso, Jaesung daba sus cortos y rápidos pasos, emocionado de escuchar. Pero al cabo de un rato el ojiverde lo encontró en el piso intentando sacárselos porque el sonido le irritó.
Jungkook continuaba con el cortejo, cada día era un regalo diferente. Por lo regular, estos no suelen ser tan largos, pero el alfa quería y necesitaba asegurarse que Jimin estuviera bien todo el tiempo y no sintiera presión o algo parecido.
Prendas de vestir, una vela aromática, una lámpara, flores y un libro, algunas joyas y cosas que él consideraba iban a la perfección con su omega... cosas que antes le prohibieron tener, Jungkook se encargaba de mostrarle que él merecía todo lo bueno.
Jimin se sentía tan feliz por eso y también porque Jungkook quería a su bebé tanto como él. Además, el cortejo era para ambos, ya que el cachorro recibía un regalo al igual que su mami.
Lo que Jungkook tenía planeado le estaba empezando a poner ansioso, no sabía si Jimin aceptaría la propuesta, pero era algo que necesitaba hacer.
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Jimin estaba en el jardín en una de las mecedoras disfrutando un poco el viento, había terminado dos pasteles de zanahoria que pidieron, además de un pie de limón y un pastel de fresas y crema, uno para uno de los especialistas y el otro para Jin que se le antojó cuando escuchó del pedido.
Era gracioso ver al omega que odiaba la zanahoria devorar uno de la misma como si no hubiera mañana.
Pobre Jin comía mientras lloraba diciendo que odiaba el pastel, pero que lo amaba porque Jimin cocinaba muy rico y porque su pequeño retoño le encantaba.
—Mami lino —Jaesung llegaba con unas flores secas que recogió de las plantitas. Le dio unas leves palmaditas y dejó un besito en su muslo.
—Gracias, amor, eres muy lindo cachorro —Jimin juntó sus narices y le hizo cariños a su bebé.
Jin se sentó a su lado acariciando su estómago —Esto es tan agotador.
—Ya se nota un poco más Jin, te miras tan bello, ¿puedo acariciar? —pregunta con emoción.
—Claro, ricitos, ¿qué pregunta es esa? —responde mientras levantaba la sudadera que lo cubría.
—Es tan hermoso Jin, se ve muy linda, igual que tú —Jimin se emociona.
—Gracias, bebé, ¿cómo te sientes cielo?
—Bien, todo está tomando su lugar tal como lo dijiste, ¿sabes? —suspira viendo a Jaesung frente a él cuidar a una pequeña mariquita sobre una hoja, sus ojos estaban muy abiertos admirando con detenimiento.
—¿Y Jungkook? —Jin prosigue sonriendo a Jaesung que se sorprendió cuando el insecto abrió sus alas y se marchó.
—Creo que estoy enamorado de él —confesó ayudando a Jaesung a ponerse de pie y limpiar su ropa—. Pero de ese amor que te hace querer estar de toda forma posible con esa persona.
—Ustedes están en tan buena sintonía.
—¿Qué, por qué dices eso? —pregunta dejando un beso en su bebé.
—Olvídalo, pronto lo sabrás.
Jaesung camina hasta llegar con el castaño —Jin, lino —dijo dejando otra florecilla sobre sus piernas.
El omega se quedó viendo al pequeño frente a él, un puchero se formó en sus labios y se deshizo a llorar —Por Saturno Jae, no puedes hacerme esto pequeño —lo toma en sus brazos y lo carga para sentarlo en sus piernas.
—¿Escuchaste ricitos? El alfita me llamó lindo y dijo mi nombre.
—Te llamó lindo y dijo tu nombre —confirma y sonríe a su amigo.
El pequeño alfa se abrazó al omega con una gran sonrisa, se bajó de su regazo pinchando suavemente el pequeño vientre de Jin y se fue con su mami.
—Ven aquí corazón —Jimin lo alzó para acomodarlo justo a su lado.
Jaesung era muy inteligente, pero muy tímido, estaba desenvolviéndose mejor con todos, pero aún no se animaba a pronunciar muchas palabras.
✧✦✧
Jimin había comprado algunos materiales y juegos que Jin sugirió, así que ahora el omega estaba con una pequeña caja que contenía algunas tarjetas con figuras. Además de una tabla botonera donde el pequeño debía emitir sonidos o nombrar cosas.
Sacó algunas tarjetas de animalitos, Solji le comentó que en su estancia con ella Jaesung solo decía su nombre y la palabra mami.
Jimin no podía evitar sentirse mal por todo, antes de lo que Dongwoo causó su bebé hablaba mucho con él. Las horas pasaban y todo era mejor porque su pequeño balbuceaba mucho haciéndole olvidar el dolor tan solo con verlo sonreír.
Se grabó en mente y corazón, aquellas palabras en las que su pequeño pronunciaba la "s" como la "z".
—Bien, Jae. ¿Podrías decirme qué color es este? —muestra el dibujo de una manzana.
Jaesung sonrió mostrando todos sus dientes, llevó su dedo índice a la boca y ladeó el rostro.
—Vamos Jae, tú puedes cielo —alienta con ilusión.
—¿Papi? —él fija su mirada en la puerta.
—Ya vendrá cariño, ahora no me cambies el tema jovencito —aprieta su mejilla con cariño para después besar su frente.
—Dojo —el pequeño cachorro se cubre el rostro, se siente algo avergonzado.
—Eso Jae muy bien, es el color rojo, eres muy inteligente —su mami felicita dando pequeños aplausos, Jaesung se emocionó y aplaudió también—. ¿Y esto? —vuelve a preguntar mostrando un sombrero color rosa.
—Dozza —responde remarcando la pronunciación de la letra z.
—Tengo un cachorrito muy lindo. ¿No es así cariño? Este es rosa. Eso es Jae, ahora, ¿podrías decirme dónde está tu nariz? —Jaesung sonríe y resopla arrugando su naricita para luego picarla—. Muy bien —deja un pequeño beso en ella y el niño se sonroja—. Ahora, ¿en dónde están tus orejas? —Jaesung les da un tirón para mostrarlas—. ¿Y tus lindos ojos? —Jaesung pestañea y Jimin aplaude felicitándolo.
Así pasaron un buen rato, Jaesung respondió todo sin equivocarse.
—Jae es muy inteligente, solo debes seguir motivándole para que no tenga miedo de hablar, pero no lo presiones mucho —Jin dijo admirando la escena.
—Lo sé Jin es solo que antes era muy parlanchín —Jimin lo sienta en su regazo y Jaesung se recuesta en su pecho.
—Mi alfita es tan lindo, recuerda que es un bebé y estuvo lejos de ti, escuché a Solji decir que dormía sobre un libro por el olor que es como el tuyo y que además en ocasiones se quedaba sentado frente a la puerta esperando que entraras por ella porque la alfa le dijo que tú llegarías.
—Lo sé Jin y siento tanta rabia, porque solamente de imaginarlo el corazón se rompe en mil pedazos —Jimin intenta verse fuerte o Jaesung sentiría su tristeza.
—Pero ahora están aquí y poco a poco él irá avanzando con un poco de ayuda, lo logrará, no te preocupes.
Llamaron a la puerta y Jin se dirigió afuera para poder abrirla, se sorprendió un poco cuando encontró a Nayeon en la entrada.
—Hola, Nayeon, buen día no sabía que vendrías.
—Lo siento, Daebin me ha pedido entregar esto —la omega le da un sobre.
—Muy bien Nayeon, te agradezco.
—No es nada. ¿Y Jimin, aún se encuentra aquí?
—Si aún sigue aquí, está por ahí con el alfita.
—¿Alfita? —ella frunce el ceño.
—Sí, con el cachorro.
—Oh, bien, yo no quiero incomodar —algo consternada, la omega se dio vuelta—. Me lo saludas, espero verlo pronto.
La omega se retiró de casa, Jimin aún se encontraba en el jardín con Jaesung mientras quitaban hojitas secas de las plantas de Jin.
—Dojo —canturrea el pequeño cuando pasa junto a los rosales, cierra sus ojitos y aspira dejando entrar el olor.
Jaesung imitaba mucho a Jimin, esto era algo que el omega hacía muy seguido, pequeñas cosas como arrugar la nariz cuando se sentía nervioso o este tic de arreglarse el cabello y acomodárselo.
—Eso es Jae, las rosas son rojas y las hojas, ¿de qué color son pequeño?
—Vede mami —Jaesung aplaude.
—Muy bien cariño, ¿pero mami? —Jimin pregunta revolviendo el cabello de su pequeño.
Jaesung picó su ojo con su dedo índice y repite —Mami, vede.
—Así es amor, mami tiene los ojos verdes al igual que los tuyos —Jimin abre los ojos en grande sonriendo mientras Jaesung imita su acción.
Jaesung lo admira —Mami lino —el pequeño acaricia las mejillas de Jimin, viéndolo con devoción y cariño.
El omega lo levantó y besó repetidamente su mejilla haciendo carcajear al pequeño que se acomodó sobre su pecho —Tú también eres muy lindo Jae, muy lindo.
Jimin suspira —Te amo tanto cachorro que ni el mismo cielo es tan grande para expresarlo.
—Amo mami —Jaesung frota su rostro en su pecho, Jimin se detuvo, observó a este con ojos cristalizados.
—¿Qué dijiste amor? —pregunta besando su cabeza.
—Amo mami —Jaesung se abraza con fuerza y busca la fuente de su aroma.
—Yo también bebé —le sonríe y lo mece en sus brazos.
Al pasar el rato, Yongsun y Jungkook se aparecieron en la entrada con bolsas en manos. Yongsun se dirige a saludar a Jin, Jungkook fue con Jimin atrayéndolo de la cintura, se queda frente a él mientras con su pulgar acaricia la curva de la misma, le sonríe y besa su nariz.
—Hola, omega —Jungkook aspira su aroma y parece que su cansancio se va.
—Hola, alfa —Jungkook pasa sus brazos alrededor de Jimin acariciando los pequeños rizos que se hacían debajo del moño que lleva.
—Papi... —Jaesung daba pequeñas palmadas en la pierna del alfa llamando su atención.
Jungkook besa suavemente los labios de Jimin y dirige su atención al pequeño.
—¿Cómo está mi pequeño cachorro? —pregunta inclinándose a su altura.
—Lino —se apunta así mismo repitiendo una y otra vez la palabra.
—¿Lindo? —Jaesung asiente feliz—. Eso es muy cierto. ¿Quién te dijo eso amor?
—Mami, papi lino.
Jungkook sonrió —Es verdad Jae, yo soy muy lindo, gracias, al igual que tú pequeño, ¿verdad omega? —el alfa preguntó al ver la intensa mirada de Jimin sobre él.
Jimin se sonroja, parpadea y ve a Jaesung para tomarlo y sentarlo en su regazo, de inmediato su cachorro se acomoda en su pecho —Devuélveme a mi bebé, tú alfa egocéntrico —rió un poco tímido, sin pensar mucho, continuó hablando—. Jungkook cariño, porque no vas y te cambias, con Jae te preparamos unos helados.
El alfa estaba parado sin dejar de sonreír bobamente —Me llamaste cariño, soy tu cariño —afirmó emocionado.
—Lo eres —levanta sus hombros para calmar un poco la revolución de sentimientos que tenía.
—Tú eres mi amor, porque eres el más lindo, bello y me vuelves loco —estira los brazos para que Jaesung regresara a él, le guiñó un ojo y le sonrió seductoramente.
—Jungkook, basta —Jimin estaba muy ruborizado—. Anda a cambiarte y yo prepararé los pasteles —dijo sintiéndose nervioso.
—¿Pasteles Jimin? ¿Qué no eran helados? —el alfa sonríe con picardía molestándole un poco más.
—Basta, alfa tonto, deja de confundirme —lo empuja por su espalda para hacerlo ir a su habitación y que se vistiera.
Dos palabras se quedaron atoradas en la garganta del alfa, y sí, todo esto se sentía cómo flotar; era una sensación que te hacía querer sonreír todo el tiempo, un lindo escalofrío te recorre el cuerpo dando una cálida sensación al final.
Jimin fue a la cocina con el mismo deseo latiendo en su corazón, abre la nevera esperando que el ambiente frío quitara esa sensación atontada, toma los recipientes para compartir con Yongsun y Jin.
Al salir escuchó unos ruidos extraños que le pusieron alerta, caminó a la sala, algo preocupado.
—¿Chicos? —inquiere nervioso.
Un muy despeinado Jin sale detrás del gran sillón seguido por una acalorada Yongsun, ambos sonreían forzadamente intentando disimular un poco.
—Por la luna, ¿están bien? —se acerca preocupado.
—Si cariño estamos muy bien, más que bien, ¿verdad Yongsun que no nos estábamos besando? —Jin negó entre risas nerviosas viendo a su alfa.
Yongsun besa su cabello —Claro que no omega, en realidad nosotros nos encontrábamos buscando... —hizo señas a Jin para que le ayudara.
—¡Si buscando! Eso, estábamos buscando un pequeño grillo que estaba saltando por ahí —terminó de decir empujando a Yongsun para que buscara al pequeño insecto.
Jimin frunce el ceño, no muy convencido —Ya veo, está bien. He preparado unos helados de frutas y leche, estaremos en el jardín comiendo.
—Yo quiero —Jin llegó a su lado saboreando por lo delicioso que se veían los helados.
—¿Omega, ya no seguiremos buscando al grillo? —su alfa pregunta en un puchero.
—Sun, ¿qué te parece si vamos a comer estos helados y después continuamos la búsqueda? —sugiere levantando las cejas.
—Está bien Jin —le responde de mala gana.
Los tres caminaron para ir al jardín y encontraron a Jungkook y a Jaesung vestidos exactamente igual, ambos con lentes de sol cubriendo sus bellos ojos. El cachorro estaba sentado en el cuello del alfa, Jungkook lo sujetaba mientras el pequeño intentaba tomar una mandarina de los árboles frutales de Jin.
Al tener la fruta en sus manos, sonrió recostando su rostro sobre la cabeza de Jungkook para informarle que ya la tenía. El alfa caminó para llegar con los demás.
Jin extendió las manos pidiendo cargar a Jaesung. El cachorro le dio la fruta.
—Se miran tan lindos cuñado, me encanta —Jin abraza al pequeño.
Se acomodaron en las sillas jardineras y disfrutaron de la creación de Jimin.
—Esto es delicioso Jimin, la verdad tienes un don —halaga Yongsun con las comisuras de sus labios manchadas.
—Gracias, Yongsun —sonríe.
—¿Cuál es tu sabor favorito, ricitos? —Jin pregunta.
—Sandía.
—A mí también me encanta la sandía, la sandía es genial —Jin toma uno de ese sabor después de acabar uno de fresa.
—Lo sé, la sandía me recuerda a Jungkook.
—¿Por qué?
—Sus labios... —abre sus ojos en demasía, percatándose de lo que dijo.
Jimin cubrió su rostro con sus manos —Es decir, yo... Bueno, si también me gustan los duraznos y las uvas.
—Ya lo dijiste cariño, no hay marcha atrás —molestó el castaño.
—Jin deja de molestar a mi omega, ¿no ves que lo avergüenzas solo porque le encanta la sandía ya que son igual a mis labios? —Jaesung bajó del regazo de Jungkook y se dirige a con su mami, curioso por su estado. Recostó su cabeza sobre sus piernas y le dio un beso para calmarlo.
—No, ustedes son imposibles, basta Jungkook —regañó Jimin.
—Es broma Jimin —pincha su costado—. A mí me encantan los tuyos, son como la cereza del pastel.
Jimin negó ruborizado, su vista fue con Jaesung estaba muy concentrado saboreando sus dedos llenos de helado, el pequeño estaba todo embarrado, el sombrero de ranita lo cubría de los rayos de sol. Así que tomó una toallita y lo limpió muy bien.
Cuando el sol se fue ocultando, regresaron adentro, Jungkook había ido a una de las habitaciones para pintar.
Jimin y Jaesung se dirigían a la habitación para poder limpiarse, el pequeño caminaba justo a su lado, pero de la nada se quedó parado frunciendo el ceño viendo hacia la puerta de la cocina.
—¿Qué sucede amor? —Jimin pregunta consternado por la actitud de Jaesung.
Jaesung camina hacia él para ponerse frente a su cuerpo, su mirada no se había apartado de la entrada.
—¿Jae? Cariño... —Jimin se preocupa.
El pequeño alfa le volteó a ver, Jimin capta algo de miedo en su mirada. Pero su pose protectora no cambió, pide ser alzado en brazos buscando el cuello de su mami para relajarse con su olor —Mami...
Jin salía de la cocina con un sobre en las manos.
—Jimin, ¿sucede algo cariño? —pregunta al notar el nerviosismo de su amigo.
—No lo sé, él de pronto se puso así —inquieto, intentaba tranquilizar a su pequeño que intentaba protegerlo, Jaesung parecía querer gruñir, estaba rojo, irritado y enfurecido. Su aroma a café rodeó a Jimin.
—Quizá comió mucho helado o se sienta mal —Jin intenta acercarse, pero Jaesung lo aleja abrazado protectoramente a Jimin.
—Jae, ¿qué pasa amor? —Jimin lo mece.
Jaesung se removía en sus brazos, empieza a hacer pucheros viendo la figura de Jungkook acercarse.
—Omega, ¿qué pasa cariño?
Jimin le vio preocupado —No sé qué le pasa Kook —el omega sintió la desesperación de su cachorro.
—Papi... —dijo el pequeño intentado no tirarse a llorar.
—¿Qué pasa pequeño, querías a papi? —Jungkook lo toma de los brazos de Jimin y el bebé se esconde en su cuello, pudo sentir su desesperación.
—No sé qué sucede Jungkook —Jimin se inquieta.
—Tranquilo, cariño —sujeta su mano y lo atrae para abrazarlo.
—Vayan a descansar un poco chicos, creo que lo necesitan —Jin habla para dirigirse con su alfa.
Al llegar a la habitación, Jaesung ya estaba dormido en los brazos de Jungkook.
—Gracias alfa —Jimin se sienta un lado de la cama mientras Jungkook terminaba de acomodar a Jaesung, se perdió en el ambiente dejándose tranquilizar por el olor del alfa.
—Ven aquí cariño —Jungkook lo toma de la cintura atrayéndolo para que esté cerca de él—. ¿Te molestaría sentarte en mi regazo?
—Claro que no —responde y como acto seguido deja que su alfa lo acerque.
—No te preocupes amor —Jungkook besa su mejilla—. Jae está bien.
—Lo sé, es solo que mi mente está tan agotada que no entiendo como es que mi cuerpo sigue funcionando.
—Siempre que te sientas así solamente dímelo, yo estoy aquí para escucharte amor.
—Tú eres tan bello y tan buen alfa —Jimin se acomoda para estar frente a frente, su deseo picaba para soltar esas palabras.
—Tú eres tan hermoso —Jungkook responde perdiéndose en el inmenso bosque de sus ojos.
—Yo...
Jungkook se acerca cerrando espacio entre ellos, sellando en silencio las emociones que morían por salir pero sin poder pronunciar palabra alguna.
Disfrutaron de la intimidad con sus rostros pegados y ojos cerrados, respirando la perfecta mezcla de sus olores combinados.
—Te amo —suelta el alfa en un hilo de voz no logrando callar más.
Y de este tipo de lágrimas Jimin nunca había experimentado, de un amor bonito, de pareja. Cerró fuerte los ojos sonriendo en medio del llanto.
Batió sus pestañas encontrándose al alfa admirándolo con amor y devoción, besó su mejilla y Jungkook limpió sus lágrimas.
Y bueno, la única persona que le había dicho te amo ahora lo cuidaba desde las estrellas, era mucho tiempo que ya no creía que ellas existieran para él.
—Y yo te amo a ti, alfa —se abrazaron sintiendo cómo sus corazones latían en perfecta sintonía, algo conectó dentro de ellos al pronunciarlas.
Sus lobos aullaron, el alfa le habló al omega:
"Algún día tú y yo estaremos bien, triunfaremos sobre todo omega y el mundo no podrá detenernos"
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